01 - El Roseret

El Baix Berguedà es sinónimo de pistas de tierra que se entrelazan entre estrechas carreteras asfaltadas, las cuales unen casas de payés y ermitas románicas. El Roseret, que da nombre a esta ruta, es un ejemplo: una capilla dedicada a la Virgen del Rosario, reconstruida a finales del siglo XVI.

Recorrer estas tierras nos recuerda siempre que el Berguedà es la comarca barcelonesa que tiene mayor poder para alimentar a su población. Los campos de cultivo, los rebaños de ovejas y cabras y las vacas que suelen pastar cerca de alguna finca hacen, además, de estas pedaleadas una experiencia visual y sensorial. Cada estación del año nos regala un abanico de colores y tonalidades que transforman el paisaje de forma única.

Este recorrido transcurre por un espacio natural y agrícola que resume la esencia del Baix Berguedà: mesetas con pequeñas colinas y valles formados por ríos y arroyos, que, en ocasiones, desaparecen según las precipitaciones.

Pedalear por esta ruta nos transporta a 1994, cuando los devastadores incendios transformaron drásticamente el paisaje. Los imponentes bosques de pino carrasco fueron arrasados; algunas masías y sus animales, totalmente quemados. Una efeméride triste y dolorosa para el Berguedà. Durante aquellos días, agricultores, bomberos, voluntarios anónimos y media comarca trabajaron sin descanso para hacer frente a la catástrofe. Casserres, por donde pasa la ruta, fue uno de los pueblos más afectados. Se perdieron vidas, reses y bienes materiales. Si nos fijamos bien, el bosque de pino carrasco se ha recuperado notablemente, mezclándose con encinas y robles que van ganando el terreno que antes les pertenecía.

La ruta El Roseret nos guía por este singular trozo de comarca, que, aún después de más de 30 años, sigue en proceso de transformación, mostrándonos especialmente la resiliencia de la naturaleza.